Comunicación asertiva: Cómo decir lo que piensas sin miedo
¿Asertividad? En cuantas ocasiones nos hemos encontrado en una situación que no ha sucedido lo que queríamos en ese momento, y no hemos sido capaces de decir nada o hemos dicho lo que queríamos dando como resultado sentirnos mal o hacer que la otra persona se sintiera mal.
Y es cuando nos preguntamos ¿Debería no haber dicho nada?, ¿He dicho algo mal?
El prestar atención a estos momentos es algo que ocurre a menudo y nos puede provocar malestar pero está relacionado con nuestra voluntad de querer mejorar y el respeto hacia nosotros mismos y los demás.
La comunicación es una herramienta poderosa en nuestras interacciones diarias, capaz de construir puentes o levantar muros entre las personas.
En este sentido, la comunicación asertiva emerge como un medio equilibrado y respetuoso para expresar nuestros pensamientos y necesidades, fomentando relaciones más saludables y efectivas tanto en el ámbito personal como profesional.
Este artículo profundiza en qué consiste la comunicación asertiva, cómo se diferencia de otros estilos de comunicación, y cómo podemos mejorar nuestra asertividad a través de ejemplos prácticos, recursos recomendados y ejercicios.
Resumen de contenidos
Toggle¿Qué es la comunicación asertiva?
La comunicación asertiva es la capacidad de expresar abierta y honestamente nuestras opiniones, sentimientos y necesidades, respetando al mismo tiempo los derechos y creencias de los demás. Este equilibrio promueve una interacción respetuosa y efectiva, permitiéndonos defender nuestros intereses sin atropellar los de los demás.
Ser asertivo implica ser responsable con lo que hace o dice y cómo esto repercute en las otras personas. Es importante pensar en el cómo cuando hacemos o decimos algo. No solo debemos escuchar y tener en cuenta nuestras propias emociones y sentimientos sino como también puede afectar a los demás. Seguramente muchos de los conflictos que hemos observado o vivido se han dado cuando alguien, o nosotros mismos, ha actuado sin reflexionar.
Para ser asertivo es fundamental la responsabilidad y el respeto hacia nosotros mismos.
Siempre debemos transmitir lo que sentimos y/o pensamos de forma correcta.
Características de una persona asertiva
Las personas asertivas comparten varias características que facilitan una comunicación eficaz:
- Empatía: Entienden y respetan los puntos de vista de los demás.
- Autoconocimiento: Son conscientes de sus necesidades, deseos y sentimientos.
- Honestidad: Expresan sus pensamientos y sentimientos de manera clara y directa.
- Respeto: Valoran las opiniones y derechos de los demás tanto como los suyos.
- Confianza: Tienen la seguridad para expresar sus pensamientos sin temor al rechazo o conflicto.
Diferencia entre asertividad y agresividad
Es crucial diferenciar entre ser asertivo y ser agresivo. La agresividad infringe los derechos de los demás, a menudo comunicando a través de la intimidación o el menosprecio.
La asertividad, por otro lado, se basa en el respeto mutuo y busca una solución ganar-ganar.
Cómo desarrollar la asertividad
- Conocerse a sí mismo. Escucharse a uno mismo es fundamental para transmitir nuestros sentimientos y emociones. Confiar en lo que sentimos y actuar en consecuencia nos llevara a tomar decisiones sobre como interactuar con los demás para transmitir lo que sentimos de forma respetuosa.
- Aceptar a la otra persona. Es importante la responsabilidad hacia nuestras propias acciones y como puede repercutir en los otros. Pero también respetar y aceptar que cada persona puede actuar de diferente manera a la nuestra.
- Comunicación tranquila. Ser asertivo implica utilizar un tipo de comunicación donde se hace una petición donde se transmiten mensajes con lo que sentimos y necesitamos frente a una situación.
- Utilizar el yo. Al hacer una petición o expresar tu opinión evita utilizar reproches y haz uso el “yo”. Hazlo en primera persona y describiendo cómo te sientes. En lugar de decir: “Eres egoísta, no sabes lo duro que ha sido el día de hoy ¿y me pides que haga cosas en casa?”, debes decir “Estoy agotado hoy. Veo que quieres que haga estas tareas, pero no voy a poderlas hacerlas hasta más tarde o mañana que haya descansado”
- Lenguaje corporal y tono de voz tranquilo. Debes parecer seguro al realizar una petición o indicar una preferencia. Mirar a los ojos, sonreír o tener una expresión facial neutra, ponerse de pie, inclinarse un poco son acciones que marcan seguridad y marcan proximidad hacia la otra persona. También ayuda hablar con claridad y un tono de voz alta y neutra.
- Mantener la calma. Como hemos comentado con anterioridad, cada persona puede tener su punto de vista y si alguien está en desacuerdo o desaprueba tu opinión o petición, no debes enfadarte o ponerte a la defensiva. No ayudara a resolver la situación sino que la complicará ya que estaremos utilizando un estilo de comunicación agresivo. Para que esto no ocurra es mejor buscar una respuesta constructiva.
- Elegir las batallas. El camino para ser asertivos no es ser firme todo el tiempo. La asertividad es contextual, es decir, puede haber situaciones en las que no se podrán solucionar en el momento o la otra persona no actuará asertivamente y es mejor buscar otro momento o evitar a esa persona ciertos momentos o temas.En ocasiones practicar la asertividad puede ser un reto para algunas personas. Hacer este entrenamiento es apostar por la convivencia y la tranquilidad mental.
Te animamos a que pongas en práctica estos pasos y con ello tengas una vida coherente y consciente de ti mismo, de tus emociones y sentimientos y además de las de los demás.
Ejemplos prácticos
La asertividad se puede practicar en casi todas las áreas de nuestra vida, desde interacciones cotidianas hasta en el entorno laboral.
Frases asertivas para el día a día
Aquí algunos ejemplos de cómo expresar asertividad en situaciones cotidianas:
- «Entiendo tu punto de vista, pero tengo una opinión diferente.»
- «Me sentiría más cómodo si encontramos una solución que funcione para ambos.»
- «Valoraría tener un momento para expresar mis pensamientos también.»
Frases para comunicarse asertivamente en el trabajo
La asertividad en el trabajo puede mejorar significativamente la dinámica laboral y la satisfacción personal:
- Al recibir una carga de trabajo no razonable: «Quiero asegurar la calidad de mi trabajo, pero con esta carga actual, es difícil mantener el estándar. ¿Podemos priorizar las tareas juntos?»
- Al solicitar un aumento: «Creo que mi contribución a la empresa ha sido significativa. Me gustaría discutir la posibilidad de un ajuste en mi salario acorde con mi rendimiento.»
Guías y libros
Desarrollar la asertividad es un proceso que requiere práctica y, a menudo, orientación. A continuación, se sugieren algunos recursos y técnicas para fomentar este valioso conjunto de habilidades.
- «Cuando digo no, me siento culpable» de Manuel J. Smith: Una guía práctica sobre cómo ser asertivo en diversas situaciones.
- «La asertividad: expresión de una sana autoestima» de Olga Castanyer: Ofrece insights sobre la asertividad como reflejo del autorespeto y la autoestima.
Algunas técnicas y ejercicios que pueden ayudarte a desarrollar la asertividad:
- Role-playing: Practica situaciones difíciles con amigos o en terapia para ganar confianza.
- Autoafirmación: Escribe y repite afirmaciones positivas que refuercen tu derecho a ser asertivo.
- Técnica del disco rayado: Mantente firme en tu posición repitiéndola tantas veces como sea necesario, sin dejarte llevar por provocaciones o intentos de desviarte del tema.
La asertividad hacia el bienestar personal
Adoptar un enfoque asertivo en nuestra comunicación es un paso transformador hacia mejorar nuestras relaciones y nuestro bienestar general. Al ser asertivos, no solo defendemos nuestros derechos y necesidades, sino que también respetamos y validamos los de los demás, creando un entorno de mutuo respeto y entendimiento.
La asertividad nos permite establecer límites saludables, evitar el resentimiento y manejar conflictos de manera constructiva. Es una habilidad que fortalece nuestra autoestima y confianza, alentándonos a expresar nuestras verdades sin miedo ni culpa. A medida que avanzamos en nuestra práctica de la asertividad, descubrimos que el equilibrio entre hablar nuestra verdad y escuchar la de otros no solo es posible, sino esencial para una convivencia armoniosa y enriquecedora.