Mi hijo no me obedece. ¿Qué hago?

¿Problemas de conducta?. Los padres se preocupan por la educación de los hijos y la obediencia es aquel aspecto que suele dar más quebraderos de cabeza. Pero conseguir que los hijos sean obedientes es una tarea difícil que requiere paciencia y tiempo. Hay niños que tienen más facilidad que otros para cumplir tareas o normas, pero también depende de los padres, porque la forma de dar órdenes y la forma de educar también influye. 

En la publicación de hoy quiero dar consejos para mejorar la obediencia de los hijos y así mejorar el clima y la convivencia en casa.

Estilos educativos de los padres:

Como ya hemos avanzado antes la forma o el estilo que se use para educar puede influir en la obediencia de los niños. Existen 3 tipos de estilos educativos parentales:

  • Padres permisivos: son padres poco exigentes y demasiado flexibles, no hay normas, ni rutinas ni horarios. Son padres sobreprotectores, no hay autoridad ni supervisión.
  • Padres autoritarios: son aquellos padres que usan la frase de “porque lo digo yo y punto”. Son muy rígidos y exigentes. No apoyan emocionalmente a sus hijos, hay falta de comunicación y afecto.
  • Padres democráticos: es el estilo parental más sano y positivo, indicado para que los hijos sean más obedientes. En este estilo las normas son establecidas y consensuadas entre progenitores e hijo. Son padres que apoyan a sus hijos emocionalmente y hacen que ellos también participen de forma activa en su educación, fomentando así su implicación en su educación. Hay respeto mutuo entre padres e hijos.

¿Cómo dar órdenes a nuestros hijos?

Para fomentar la obediencia y gestionar los problemas de conducta, es hay 4 aspectos muy importantes:

  1. Comunicación: la forma de dar las ordenes es crucial, no solo a nivel verbal sino también el tono, gestos, etc. Es mejor si llamamos al niño por su nombre cuando queramos darle una consigna, luego debemos acercarnos al menor y mirarle a los ojos mientras le decimos consignas concretas y únicas, es decir, mejor ser muy específico que es aquello que esperamos y no decir más de una norma a la vez para evitar que se olviden o se agobien. Las consignas mejor si son claras y cortas. El tono debe ser firme, pero sin gritar. También es muy útil cambiar el “no” por una afirmación en positivo, p.ej: si quieres que vaya despacio por la casa, cambia el “no corras” por “camina despacio”.
  2. Coherencia: la coherencia consiste en dar consignas adecuadas a la edad del niño y que los padres apliquen castigos o premios acordes con la importancia de la conducta del menor.
  3. Consistencia: es importante que las normas sean iguales en diferentes entornos, como en la escuela, con los abuelos, la canguro, entre padres… además es crucial que delante de una conducta del niño siempre haya la misma consecuencia.
  4. Refuerzo positivo de la conducta apropiada: el refuerzo positivo ayuda a que el aprendizaje sea más rápido y a mejorar la autoestima del menor

Sabemos que ser padres no es tarea fácil, hay momentos que nos ponemos nerviosos, tristes, nos sentimos frutados, etc. Es un trabajo duro pero satisfactorio porque ves tus hijos crecer y disfrutar de la niñez. Esperamos que los consejos os sean de ayuda, ¡ánimos!

Patricia Soler

Colegiada nº 28.119

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