Los trastornos de la conducta alimentaria consisten generalmente en una relación toxica con la comida. Los cánones de belleza actuales, el acceso a redes sociales donde se idolatra a los cuerpos delgados, la baja autoestima y el perfeccionismo son elementos de riesgo para entender el aumento de casos. Bien es cierto que estos trastornos afectan más a adolescentes, pero últimamente la edad se avanza a la niñez o inicio de la pubertad. Este tipo de trastornos puede tener grandes efectos negativos en la salud mental y física de la persona que lo padece, desde perdida de la menstruación a fallo cardiaco; también es muy común las conductas autolíticas, como cortarse o la ideación suicida.

Principales trastornos de la conducta alimentaria:

  • Anorexia Nerviosa: consiste en una restricción en la ingesta de comida que conlleva perdida de peso por debajo de lo aconsejado por edad, además existe un miedo intenso a ganar peso y engordar. Esta obsesión se basa en una distorsión de la imagen corporal.
  • Bulimia Nerviosa: consiste en episodios de atracones, que supone ingerir una gran cantidad de comida con sensación de falta de control, después del atracón la persona intenta bajar de peso y compensar lo comido mediante laxantes, vómito autoprovocado, diuréticos, ayuno o ejercicio excesivo. De igual manera que en la Anorexia Nerviosa existe una distorsión corporal.

Signos de alerta:

  • Bajo IMC (índice de masa corporal).
  • Mentiras sobre la ingesta y/o esconder comida para evitar comer.
  • No comer en base a la obsesión por perder peso o evitar comidas con alta cantidad de calorías.
  • Pérdida de peso brusco o cambios de peso fluctuantes muy pronunciados
  • Fácil aparición de hematomas
  • Frecuentes mareos y lipotímias
  • Aparición de vello fino y largo, sobre todo en brazos.
  • Piel seca y fría.
  • Ojos y mejillas hundidas. 
  • Caída del cabello.
  • Inflamación de las parótidas causado por el vómito auto-provocado.
  • Callosidades en los nudillos por provocarse el vómito.
  • Erosión dental por el ácido del vómito.

¿Qué hacemos como padres?

  • Evitar comentarios sobre comida, peso o apariencia: ni para bien ni para mal. Para ellos ganar peso es motivo para mantener la obsesión.
  • Da buen ejemplo a tus hijos/as con tus hábitos alimentarios y de ejercicio saludables.
  • No juzgar, mejor comprender y acompañar: si juzgamos dificultamos la comunicación con nuestros/as hijos/as y haremos que no confíen en nosotros. No es culpa de nuestros hijos/as que estén así.
  • Infórmale de que los medios de comunicación o las redes sociales no muestran cuerpos o vidas reales.
  • Compartir con ellos/as que estamos preocupados por su salud puede ser positivo. Verbalízale que le quieres ayudar.
  • Animar a hacer un tratamiento psicológico.

El papel de los padres en estos casos es muy importante e imprescindible, escuchar, guiar, acompañar, etc. Si como padres veis algunos de los signos de alarma descritos con anterioridad es crucial buscar ayuda psicológica para vuestros/as hijos/as.

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Patricia Soler

Colegiada nº 28119

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