Como ya explicamos en anteriores posts, el duelo es un proceso de adaptación psicológica que aparece ante cualquier tipo de pérdida o ausencia significativa. Aunque muchas veces asociamos el duelo a la muerte, este fenómeno también puede darse ante muchas otras situaciones como la pérdida de un empleo, una ruptura amorosa o una mudanza.
Cabe remarcar que el duelo forma parte del vínculo con el ausente, es una reacción necesaria, normal y saludable que nos permite elaborar la pérdida y reconstruir nuestra vida sin el ser querido, objeto o situación que hemos perdido.
La experiencia de duelo es única y distinta para cada persona. Ninguna pérdida es comparable con otra, por lo que cada persona siente y expresa su dolor de forma diferente.
Cuando un ser querido ha sufrido una pérdida severa lo habitual es que queramos ayudarle. Muchas veces en estas ocasiones nos fallan las palabras y no sabemos qué hacer o decir. Aunque no hay una manera perfecta de responder o apoyar a alguien que te importa a continuación te dejamos algunas sugerencias.
¿De qué sirve mi ayuda?
- El dolor pertenece al que sufre: aunque tu consideres que harías las cosas de distinta manera, la pena es una experiencia muy personal y cada uno necesita sobrellavarla a su manera.
- No intentes arreglar lo que no tiene arreglo: la pérdida no puede ser reparada ni resuelta. Es un alivio tener a alguien al lado que te valida y no trata de minimizar el sufrimiento.
- Estate dispuestx a presenciar el dolor de la persona que está viviendo el duelo.
- Anticípate: no esperes a que tu ser querido te llame para decirte que necesita algo, porque probablemente no lo va a hacer, no porque no quiera, sino porque quizás no es capaz ni de descifrar cuál es la necesidad. Haz ofertas concretas.
- Educar y abogar: quizás otros amigos, familiares o conocidos te pregunten cómo está tu ser querido. Si esto ocurre, puedes ser un gran educador, normaliza el dolor que está sintiendo tu ser querido “Tiene momentos mejores y peores, y así va a seguir durante bastante tiempo”.
- Amor: por encima de todo demuestra tu afecto. Estar presente, escuchar, permanecer ahí, aunque no sepas que decir, aunque te incomode.
Estar con alguien que sufre una pérdida no es fácil, puede que te sientas ignorado o despreciado. Deberás entender que tu ser querido no puede actuar correctamente en vuestra relación, no te lo tomes de forma personal y no te enfades con él.
