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Toggle¿Cuál es tu estilo de apego en tus relaciones?
En ocasiones, al relacionarnos con amigos, familiares o pareja, podemos sentir miedo…
Miedo a ser insuficientes para esa persona, miedo a que nos conozcan de verdad, o a mostrarnos vulnerables.. Miedo a “abrirnos emocionalmente”, a expresar lo que nos molesta, o a involucrarnos “demasiado” en una relación..
Seguro que alguna vez has sentido miedo al abandono o rechazo….
Todo esto puede llevarnos a estados de rumiación y malestar emocional, así como a comportamientos con los demás que no nos hacen sentir bien.
Pero, ¿sabías que estos miedos pueden relacionarse con tu estilo de apego?
Éste se desarrolla en nuestros primeros años de vida en base al tipo de relación que mantenemos con nuestros cuidadores principales, que suelen ser nuestros padres, así como en base a las experiencias sociales tempranas que experimentamos en el colegio. Así, generamos una serie de creencias sobre nosotros mismos y el otro que conformarán nuestro estilo de apego y que nos acompañarán en las relaciones que establezcamos como adultos.
En las relaciones y estilos de apego, ¿Cómo sé cuál es mi estilo de apego?
- Seguro: predomina una autoimagen positiva y sentimientos de confianza hacia el otro, predisposición a establecer vínculos afectivos y un equilibrio entre satisfacer las necesidades afectivas y mantener la autonomía personal.
- Ambivalente: predomina una autoimagen negativa y sentimientos de confianza hacia el otro, predisposición a establecer vínculos, y pueden darse actitudes excesivamente complacientes y relaciones de dependencia.
- Evitativo: predomina una autoimagen positiva y sentimientos de desconfianza hacia el otro, escasa predisposición para establecer vínculos y sobrevaloración de la independencia.
- Temeroso: predomina una autoimagen negativa y sentimientos de desconfianza hacia el otro, escasa predisposición para establecer vínculos, y falta de autonomía o independencia.
La buena noticia es que las relaciones y el estilo de apego que has desarrollado no es ninguna condena, sino algo que se puede trabajar. En terapia podemos ayudarte a identificar y abordar esas dificultades o miedos que interfieren en tus relaciones.