La maternidad es una de los roles en la vida de una mujer para los que menos preparadas estamos, incluso cuando es un rol buscado y cuando la mujer lleva tiempo leyendo e intentando prepararse para ello. Conlleva un punto de inflexión a todos niveles en la vida de una mujer y eso implica una redefinición incluso de su identidad que va más allá de lo que a priori puede parecer.

¿Y ahora qué?

Cuando un embarazo es buscado, ver el resultado positivo en el test o tras la betaespera en caso de tratamientos de reproducción asistida, obviamente genra mucha alegría. Sin embargo, esa alegría también va acompañada de un gran coctel de emociones como el miedo, la incertidumbre o la incredulidad en cierto grado, de las que no siempre nos damos cuenta o que muchas mujeres no quieren reconocer.


Cuando hay historia previa de péridas gestacionales, problemas de fertilidad que causan que haya costado llegar al esperado positivo, intentos fallidos, duelos no procesados, u otro tipo de circunstancias; en ocasiones puede ser dificil creer que todo irá bien y disfrutar de la noticia esperada. Puede aparecer una sensación de que hay que ser prudentes, de no ilusionarse por estar precavidos, y la necesidad de no vincularse demasiado con el embarazo des del principio, a pesar de la ilusión que se siente. Del mismo modo, la crianza del bebé y el vínculo de apego pueden verse condicionados por experiencias como las comentadas.

Ser consciente de estos sentimientos encontrados, junto con el tabú social y las opiniones que empezará a escuchar a su al rededor, puede gnerar en la mujer sensaciones de culpa añadida por no “estar lo suficientemente contenta” después de haber deseado ser madre; pensamientos que pueden desencadenar en ideas de “no ser buena madre” o “no hacerlo bien”.

Es importante además tener en cuenta que una vez llega el positivo toda la atención recae en el bebé y la mujer pasará a ser el foco de atención de todo el entorno: que el bebé esté bien, que el embarazo vaya bien… Pero no podemos olvidar que es primordial guardar un espacio de atención para la madre (y la pareja de la mujer embarazada), ya que les ocurrirán muchas cosas que seguramente no esperaban y nadie les preguntará.

Un espacio para mamá

De cara a potenciar el bienestar de la mujer embarazda, el de la pareja y el del futuro vínculo con el bebé:

  •  Recuerda que tienes derecho a sentirte del modo en que quieras sentirte. Todas las emociones son validas y normales. Date un espacio y un tiempo para conectar contigo misma, procesar tu nueva realidad, redefinir tu nueva identidad y tu nuevo rol, y como te sientes al respecto.

  •  Permitete disfrutar del momento. Es probable que el miedo y la incertidumbre (entre otras emociones) puedan nublar un poco la alegria, pero permítete disfrutar de la noticia y snetir el vínculo del momento presente: tanto tú como tu bebé lo necesitais. Si hay presencia de algún duelo no procesado o las emociones te superan es importante poder trabajarlas.

  •  No te olvides del espacio para ti misma como mujer y del espacio para la pareja; así como la comunicación entre ambos. El embarazo y el bebé ocuparán mucho tiempo y atención que disfrutaréis mucho, con lo que es importante mantener y recordar que además de una familia también sois una pareja y también eres una mujer. Os dará mucha más solidez y estabilida.

Si os ha gustado os invitamos a leer más consejos en nuestro artículo anterior sobre  la concepción y el embarazo.

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Judith Gómez

Colegiada nº 20.812

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