¿Cómo puedo gestionar mis emociones?

“No se que me pasa”… ¿Cuantas veces has dicho esta frase? La gestión emocional. 

Sabemos ver muy bien lo que les ocurre a las personas de nuestro al rededor, incluso tenemos claro muy a menudo como pueden sentirse mejor; sin embargo cuando se trata de uno mismo todo se hace más complicado.

A menudo no nos enseñan a escuchar nuestros estados emocionales, y menos aún a que hacer con ellos. La consecuencia de ello es una tendencia a clasificar las emociones como “positivas” cuando estas son agradables, o “negativas” cuando duelen o son molestas. Según estas estiquetas acabamos definiendo como nos sentimos en función de “bien” o “mal”, ignorando que tras estas, se esconde una gran variedad de emociones que podemos sentir.

Cuando nos sentimos “bien”, todo esta como debe estar, aparentemente. Pero, ¿que ocurre cuando nos sentimos “mal”? Dado que es desagradable y que no hemos aprendido que hacer con ello, la tendencia es a desconectar, aguantar, intentar no pensar demasiado, etc.

No identificar ni gestionar nuestros estados emocionales no hace que estos desaparezcan, al contrario. Al final nuestro cuerpo y nuestra mente acaba encontrando el modo de que los escuchemos. Es entonces cuando tenemos la sensación de “haber explotado”. Esta sensación de “explotar” puede presentarse sin que incluso seamos conscientes de ello. Por ejemplo, cuando tenemos una actitud irritable e irascible; cuando tenemos un ataque de ansiedad; cuando tenemos un estado de ánimo apático y sin motivación por nada; cuando tenemos un brote de dolencia física (migrañas, descomposición, ardores, motestias digestivas, psoriasis, insomnio, etc)… pueden ser maneras en que nuestro cuerpo nos dice que hay que frenar y escuhcarnos.